Una tarde
cualquiera, (puede ser que fuera un
martes), día de Culto en la Iglesia
Evangelista “Príncipe de Paz Elohim”, situada en el cinturón de la ciudad,
donde viven un gran número de Gitanos,
la iglesia está situada en los bajos de una casa en la calle del “Colegio” (que nos lleva al Colegio Santo Domingo, un
edificio monumental) paralela a la calle, “de arriba” (donde vivió el Poeta Miguel
Hernández).
Allí conocí a su
Pastor José, (un tipo amable y muy comprometido con su gente) al cual esperé en
la puerta para poder hablar con él y contarle el proyecto que tenía en la
cabeza, le pedí permiso para poder pasar y echar unas
pocas fotos, ante lo que me
respondió, que pasara y me sintiera como
en mi casa y eso fue lo que hice, pasar……
Me llamó la
atención cuando entré, que los que allí estaban, me observaban de arriba abajo
sentía sus miradas como agujas, en ese momento intenso de observación y murmullos,
entró el Pastor, se hizo un silencio solo roto por su voz; Es jose dijo,
un fotógrafo que viene a hacer un
reportaje sobre nosotros, así que
tratarlo como a un Hermano, Amen dijo y
todos los que allí estaban en un grito único Amen respondieron.
Tras varios minutos el
aforo se fue completando en un ambiente tranquilo, donde el murmullo solo era
roto por las risas y gritos de los críos, poco a poco iban ocupando sus sitios
para dar así comienzo a un nuevo Día de Culto.
La complicidad es
tan grade entre el pastor y sus fieles en
esta Iglesia Evangelista
“Príncipe de Paz Elohim” , que cuando llega la plegaria los allí presente,
entre la música y los canticos, casi estridentes, llegan a un éxtasis colectivo
que me transportan a lo más profundo de mi ser.
Son momentos que
se viven con una intensidad tal, que
puedes tocar el denso ambiente, que se respira, gracias a su coro y un improvisado pianista
que junto al batería son los encargados de iniciarte en el viaje
Las mujeres forman el coro, de donde salen las alabanzas al estilo “Góspel” pero con puro duende flamenco.
Todos participan, es una asamblea en la que los miembros intervienen, interactúan unos con otros bajo la batuta de
su Pastor, el cual marca los tiempos
mientras que sus palabras son aclamadas por la comunidad.
El Pastor cuida de su gente dándoles consejos y esperanzas para
sobrevivir en estos tiempos.
Se acerca el final del Culto y toca últimas
plegarias y con ello el final de este reportaje, ha sido una experiencia
extraordinaria en la que he disfrutado como fotógrafo y como persona.
Agradecer a su
Pastor José el gran trato recibido y a todos los allí presente su amabilidad.
Fotos tomadas con Leica M8 y Konika Hexar AF
con película Kodak TMax 400
©Jose Gálvez 2016
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